
- No creo en la magia - dijo el viejo acariciándolo, - es todo producto de la imaginación - y hundió la mano en el grueso pelaje.
-¡Vamos¡ no me vengan con cuentos... - afirmó.
Se montó sobre el dragón y voló alto, muy alto.
-lugar de sonrisas de paz-
2 comentarios:
¿por casualidad el dragón era Falcor (el de la historia sin fin)?
siempre le tuve terror a las alturas, pero en ese dragón mullido y con cara de perro hubiera salido a volar un par de vueltitas.
Un abrazo. M
Si, me inspiró ese dragón. Es tan dulce...
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